martes, 11 de abril de 2017

Intencionalidad de mi Rol como Docente y mi condición Revolucionaria


JOHERCOP2017

01-. Es necesario que todo docente sumado a este proceso con conciencia revolucionaria, entienda que es un actor histórico en este proceso de cambio de la sociedad venezolana. Desde esta trinchera asumiendo mi rol, he internalizado que, para consolidar la refundación de la República Bolivariana de Venezuela, debo estar en constante formación; teniendo hoy, supremo cuidado las fuentes de donde tomamos la información para nutrirnos de conocimientos. He sido y soy un profundo defensor de los derechos humanos y el deber social con mis semejantes, sobre todo los más desposeídos, sin discriminación alguna. Mi intencionalidad al asumir la formación de las nuevas generaciones siempre enmarcada en los ideales, políticas y filosofía que debe profesar el nuevo educador bolivariano; un educador solidario, laborioso, honesto, justo, latinoamericanista, consciente de su papel trasformador, y que aplique en su labor profesional métodos científicos que le permitan interactuar con los educandos, la familia y la comunidad en general, atendiendo a la diversidad del ser humano y contextualizando el proceso formativo para lograr el nuevo republicano, y trascender del modelo actual de educación excluyente y neoliberal, hacia la inclusión de la población en el sistema educativo nacional, y en todo los niveles y modalidades del sistema educativo bolivariano. Entiendo desde mi cosmovisión que asumir una posición radical como docentes no es fácil dentro de la realidad histórica que estamos viviendo en el país, en un proceso de cambios políticos, sociales y económicos inéditos a nivel mundial. Justamente en Venezuela estamos construyendo un modelo de educación acorde con nuestro modelo político que no sería posible, sin contar con un personal docente capacitado y formado para el gran compromiso que se tiene con los estudiantes, con la comunidad y con el país, es ahí que mi posición e intencionalidad en la permanente adquisición de conocimientos y la interacción con personas que me nutran para afrontar el reto que significa para mí la formación de las nuevas generaciones. Los educadores enseñamos esencialmente lo que somos, es decir, nuestro modo de actuar, nuestra manera de percibir el mundo, las maneras de relacionarnos con los semejantes, con el entorno, nuestros valores y actitudes. Todos estos aspectos se introducen en la acción educativa diaria, se pone de manifiesto en el estilo de relación que establecemos en los distintos espacios educativos, con todos los sujetos que conviven en esos espacios. En este estilo de relación, transmitimos mensajes que repercuten indiscutiblemente en el aprendizaje. Educamos no solo con nuestro cerebro, sino también con nuestro corazón, con las manos, la mirada, las acciones. Por ello, considero la necesidad de formación nuestra debe ser permanente y hacia allá apunta una o muchas intencionalidades personales y profesionales en mi accionar para mejorar las prácticas educativas; asumo, que la formación implica la construcción de mi persona en el ambito humanista, debo estar en constante reflexión, revisión y comprensión de mi ser, afectividad, valores y actitudes y especialmente mi percepción personal del momento histórico que vivimos en la patria de Bolívar y de Chávez. Es evidente que un educador desconectado de la realidad que vivimos en nuestra cotidianidad, poco puede aportar al proyecto de la nueva educación, necesaria para la capacitación de la población en función de una transformación social, política y económica que reclama la patria para convertirse en una potencia que ayude a los demás pueblos latinoamericanos.
02. Considero que como Docente de la revolución bolivariana debo actuar en otra dimensión paradigmática, mis referentes en los órdenes teóricos y filosóficos debe ser heterodoxos, pero siempre orientados en las corrientes progresistas y humanistas, pensadores como Carlos Marx, Gransci, Mariátegui, Althusser, Habermas, Simón Rodríguez, Paulo Freire, y Luis Beltrán Prieto Figueroa, entre otros, ellos deben formar parte de mi formación intelectual para el abordaje en las aulas de clase de esas nuevas generaciones. Así mismo, debe ser un deber nuestro como Docentes identificados y comprometidos con la Revolución Bolivariana actuar dentro de las premisas que el estado venezolano propone para los cambios que deben darse en nuestra sociedad.
JOHERCOP2017
06/04/2017

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